La porra como fenómeno social.
Es difícil saber a quién se le ocurrió por primera vez la idea de hacer una porra; de hecho es tan difícil que no voy a especular sobre ello. El caso es que el fenómeno ha llegado a Internet (no fue precisamente ayer, pero tampoco es mi intención convertirme en esclavo de la actualidad), y con intenciones de quedarse.
La palabra "porra", como todos sabemos, procede del vocablo latino "porrum", entroncando directamente con el puerro (pero no con el porro, cuyas raíces etimológicas se hunden en la fértil tierra de la semi-desconocida cultura inca). Una porra es, según la RAE, un "juego en que varias personas apuestan dinero a un resultado, número, etc., de modo que quien acierta se lleva todo el dinero apostado". Esta definición, amén de plantear ciertas dudas (¿y si se apuesta uno el coche y no dinero? ¿y si hay más de un acertante? ¿y si los "porreros" se limitan a aventurar resultados sin jugarse nada?) guarda un sorprendente parecido con la dada para "lotería", que es la siguiente: "especie de rifa que se hace con mercaderías, billetes, dinero y otras cosas, con autorización pública". Así es, amigos. Pero voy a ser magnánimo y voy a pensar que el hecho de que las porras carezcan de autorización pública expresa no las convierte en ilegales. Para terminar con esta absurda disertación, un apunte: en México una porra es algo así como un "grupo de partidarios que en actos públicos apoyan ruidosamente a los suyos o rechazan a los contrarios", es decir, lo que en España viene a ser una "peña". Una de las porras más curiosas del otro lado del charco es quizá la CiVer Roja (de México, es obvio).
Cruzando el charco de vuelta no es difícil encontrarse con mil y una porras (1001 justas, oiga). En ellas podemos emitir nuestros pronósticos para algún partido de balonmano, para los Oscars de 2002 (¿se tomará alguien algún día la molestia de eliminar tanta página inservible?), o para las elecciones del 14 de marzo (hay en juego un libro de Vizcaíno Casas).
Pero no sólo de resultados viven las porras; hay quien se lo ha montado para vivir de las porras sin preocuparse de los resultados, como estos amiguetes gabachos (¿no la ves bien? ¿mejor ahora?).
En fin, ya que de porras va el tema, hagamos una (enviadme vuestra apuesta telepáticamente): ¿cuántas visitas tendrá el blog cuando se sepa que ya se puede ver el tráiler de "Harry Potter and the prisoner of Azkaban"? Supongo que más o menos las mismas que ahora, pero tenía que preguntarlo.
20 febrero, 2004
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