Mi primera vez.
Hacía tanto tiempo de la última que lo de ayer ha sido mi segunda primera vez. Sabía que iba a ser este domingo, y llevaba varios días pensando en ello; no voy a decir que no durmiera por las noches, que tampoco es eso, pero mentiría si dijera que no pensé varias veces en todos y cada uno de los detalles (que, por supuesto, fueron muy distintos a como los había imaginado, y creo que mejores). Hubo nervios, claro. En principio todo iba a ser por la mañana, pero un par de imprevistos lo dejaron aplazado, y llegué a temer que suspendido.
Esta vez el tacto de la piel ha sido sustituido por el del plástico, y el cambio tampoco es malo. Esta vez, además, el ritual del antes, del durante y del después estuvo lleno de significado, y quizá por eso esta primera vez sea para mi más importante que la anterior. Y esta vez, oh sorpresa, me costó un poco más meterla.
Pero ahora sé que es mía, y que yo soy de algún modo suyo. Y sé que lo de ayer fue muy especial, y que nos une quizá para siempre...
Si, ayer me puse una pulsera por primera vez en más de 10 años. No sé muy bien cuántos años tenía entonces, pero recuerdo que la pulsera era de cuero (de piel, al fin y al cabo); se parecía un poco a esta
aunque supongo que era mucho peor (y mucho más barata). Lo de las pulseras no me gustaba demasiado, y recuerdo que por la época en que aquella pasó a mejor vida (desgastada primero y finalmente rota), dejé de usar reloj también... Mis muñecas habían sido libres hasta ayer... Y es que este domingo 8 de mayo pasará a la historia (con minúscula, no confundirse) por varias razones, ésta entre ellas. La pulsera que llevo ahora es de plástico, blanca y amarilla (¡¡!!), y lleva grabadas unas palabras:
- [J. PABLO II "NO TENGÁIS MIEDO"] (sin corchetes) en la parte blanca, y
- [BENEDICTO XVI "CONCILIO Y TRADICIÓN"] (sin corchetes) en la amarilla.
La pulsera, que regalaba el diario La Razón (si, si, el de Luis María Ansón), fue más difícil de conseguir de lo que había previsto, y es que va a ser verdad aquello de que "al que madruga, Dios le ayuda", porque me levanté poco después de las 12 y recorrí hasta 7 kioskos de forma infructuosa; la pulsera se había agotado... Después estuve haciendo vida social o algo parecido, y fue algo después de las 7 de la tarde cuando encontré un kiosko abierto en el que les quedaba una pulsera, la mía.
Por cierto, que en ese intervalo de tiempo pude ver cómo el ADEMAR se proclamaba brillantemente Campeón de la Recopa de Europa de balonmano tras derrotar con claridad al RK Zagreb croata también en el partido de vuelta de la final. Con este título se completa un doblete europeo que iniciara el sábado el Barcelona tras vencer a otro equipo español... De ese partido me quedo con dos nombres, los de los alemanes Frank Lemme y Bernd Ullrich, figuras destacadas de los de Xesco Espar y que juegan en la posición más complicada del mundo del balonmano, la de árbitros. La terna de campeones europeos la completa el Tussem Essen alemán, que se alzó con la Copa EHF.
La imagen muestra a uno de los fichajes del ADEMAR para esta temporada, el joven lateral Viran Morros, que se ha erigido en baluarte defensivo del equipo y al que la publicidad de su camiseta define a la perfección: un MITO (en ciernes). Pero sería injusto quedarse con un nombre, y es que todos los miembros de la plantilla han contribuido en la medida de sus posibilidades a la consecución de este título... Empezando por Manolo Cadenas, cabeza visible del cuerpo técnico, y siguiendo por Juanín García (2º mejor jugador del mundo en 2004 y Campeón del Mundo en 2005), Raúl Entrerríos (también Campeón del Mundo con España en 2005), Petar Metlicic (Campeón del Mundo y Olímpico, ídolo de masas en su Croacia natal, etc), Kristian W Kjelling (baluarte de la selección noruega), Héctor Castresana (leonés, como Cadenas y Juanín), Manolo Colón (un leonés nacido en Madrid), Jorge Martínez y Ole Erevik (dos porteros que se han confirmado en la élite), Prendes, Vatne, Krivochlykov (o como se escriba), Perales, Roberto García, Marko Curuvija o el ya mencionado Viran Morros...
Termino con una anécdota del partido de vuelta que contaba Castresana y que retrata a la perfección el espíritu de este equipo. Tras ganar en León por 12 goles de ventaja, y a 5 minutos para la conclusión del partido de vuelta, con el ADEMAR 6 goles por encima en el marcador (18 en el global de la eliminatoria), Viran Morros se lanzó al suelo a pelear un balón... Y es que las señas de identidad de los de Cadenas han sido siempre la entrega y la lucha, y una final europea es el mejor escaparate para demostrarlo. Enhorabuena, campeones.
09 mayo, 2005
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