31 agosto, 2006

Alatriste desata pasiones.

Alatriste se estrena mañana, 1 de septiembre, y Viggo Mortensen ha elegido León para darse un baño de masas. Cualquier estreno que se precie cuenta con un patrocinador que regala entradas de forma más o menos interesada; en este caso se trata de un diario local que ofrecía 450 entradas para el estreno de Alatriste en León. Pero la oferta tenía truco, y es que hay dos sesiones, una a las 17:00 y otra a las 21:00; Viggo Mortensen acudirá solo a la segunda. Para recoger las entradas había que pasar por las taquillas del Teatro Emperador entre las 12:00 y las 14:00 y entregar un cupón que aparecía en el dadivoso diario; la experiencia prometía ser apasionante, así que allí se dirigió un servidor.

Eran algo más de las 10:00 y la cola ya daba la vuelta a la manzana. Inspección rutinaria; unas 120 personas a ojo de buen cubero. Sigue llegando gente y aparece la Policía (10:45), que comienza a desviar la cola hacia una calle peatonal; puede haber más de 100 metros de cola y en torno a 400 personas. 11:45, hora crítica: se registran los primeros altercados; la sensación general es que la mitad de la gente hace cola bajo un sol de justicia para nada. Nueva inspección: las 150 personas que había delante se han convertido en 360. La gente abuchea a los que intentan colarse junto a la taquilla, y hay un conato de linchamiento. Aparecen hasta 6 policías en la zona, que tratan de mantener el orden. 12:00; la cola avanza con calma, con mucha calma. 12:15: se rumorea que no quedan entradas para la sesión de las 21:00. Pasan 40 minutos 40 hasta que llegamos a la taquilla. 12:41: presento el cupón y tengo mi entrada (sesión de las 17:00).

Eso es todo por ahora; trataré de destripar la película mañana, antes de que Viggo Mortensen sea acosado, asaltado, manoseado, babeado y/o violado en el estreno.

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