27 marzo, 2004

Escandinavia para profanos.

Cuando uno se enamora de una jugadora de balonmano noruega se activan en su memoria ciertos resortes que le llevan a la figura de Aksel Sandemose, o al menos eso es lo que me ha pasado a mi. Este escritor noruego, desconocido al sur del sur de Jutlandia, sintetizó en Las Leyes de Jante (1933) los principios por los que, según él, se regiría la sociedad escandinava. Son los siguientes:

1º No creerás que tú eres alguién.
2º No creerás que tú eres igual que nosotros.
3º No creerás que tú eres más inteligente que nosotros.
4º Ni se te ocurra imaginar que eres mejor que nosotros.
5º No creerás que tú ibas a saber más que nosotros.
6º No creerás que tú eres más que nosotros.
7º No creerás que tu vales para algo.
8º No te reirás de nosotros.
9 No vayas a creer que alguien se pueda ocupar de ti.
10 No creerás que tú puedas enseñarnos algo.


Quizá por su dureza (más aparente que real), han suscitado todo tipo de reacciones. Hay quien se lo toma con filosofía, y considera que en esas 10 normas se sustenta la convivencia pacífica y basada en el respeto mutuo tan típica de la imagen de Escandinavia que nos hemos ido haciendo. Pero también hay quien reniega de este código de conducta y asegura que lo único que hace es elevar la envidia a la categoría de Norma y pisotear el ego de los individuos. Lo más curioso es, quizá, que no he encontrado ninguna referencia a la edición en español de la obra de Sandemose. ¿Tan mal está el mundillo editorial?

En fin, no sólo de noruegas vive el hombre. Terminemos con una ración de producto nacional: la bitácora de Diosa Mynerva (una Diosa urbana del siglo XXI, a ver quien supera eso).

No hay comentarios: