18 febrero, 2004

Flores en su entierro. (Sabina, entre otros).

Excepto las de la imaginación
había perdido todas las batallas.

Un domingo sin fútbol nos contó,
vencido, que tiraba la toalla
y nadie lo creyó.

Pero, esta vez, no iba de farol;
al día siguiente se afanó una cuerda
y, en lugar de rezar una oración,
mandó el mundo a la mierda
y de "un palo borracho" se colgó.

Debía "luca y media" de alquiler,
dejó en herencia un verso de Neruda,
un tazón con pestañas de papel
flotando en el café
y una guitarra tísica y viuda.

Lo poco que tenía lo invirtió
en un hueso de lujo para el perro
y en pagar al contado la mejor
corona que encontró...
para que hubiera flores en su entierro.

Veinte años atrás lo conocí
en Londres, conspirando contra Franco.
Era el rey del aceite de hachís
y le excitaba más robar un banco
que el mayo de París.

Por Florida lo vi la última vez
con su traje anacrónico y marchito;
estudiando el menú de un cabaret
"¡Hay comida, mi plato favorito!"
gritó para joder.

Debía "luca y media" de alquiler,
dejó en herencia un verso de Neruda,
una lágrima de Lilí Marlen
flotando en el café
y una guitarra tísica y viuda.

Lo poco que tenía lo invirtió
en un hueso de lujo para el perro
y en pagar al contado la mejor
corona que encontró...
para que hubiera flores en su entierro.

Parece que fue ayer cuando se fue
al barrio que hay detrás de las estrellas,
la muerte, que es celosa y es mujer,
se encaprichó con él
y lo llevó a dormir siempre con ella.

Por alguna razón (nada misteriosa) me siento bastante identificado con los dos primeros versos... Pero eso, para bien o para mal, es asunto mío.

Cambio de tercio.

¿Qué tienen en común Santiago Segura, el Gran Wyoming, Pablo Carbonell, Javier Krahe, Pepín Tre y Faemino? Pues, entre otras cosas, que son los fundadores del sello discográfico 18 Chulos Records.

¿Y por qué ese "Records" en inglés? No lo sé (otro cambio de tercio).

La mejor forma de aprender inglés (o la fórmula más eficaz para no olvidar lo aprendido) es leer cada día al menos unas palabras en la lengua de Shakespeare (y de Bush); mi selección de hoy tiene bastante que ver con Harvard, y es que no ha sentado muy bien en determinados sectores de la opinión pública norteamericana el visto bueno concedido a un proyecto editorial que ha visto la luz en el seno de una de las universidades más prestigiosas del mundo; la nueva publicación pretende difundir entre el selecto alumnado de Harvard "fotos de desnudos y artículos relacionados con el sexo". La idea no es nueva, pues existen revistas similares en distintas universidades norteamericanas; las promotoras de la idea han negado que la nueva revista pueda catalogarse como pornográfica. Lo más curioso de todo el revuelo organizado en torno a la noticia es, quizá, que lo único que se ha logrado hasta el momento es una autorización para recaudar fondos que permitan poner en marcha el proyecto...

Un punto de vista.

Un punto de vista diferente.

El segundo punto de vista refutado.

Y, para terminar, en español.

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