24 febrero, 2004

La política es así.

La campaña electoral está resultando bastante aburrida, la verdad. A estas alturas, y después de las movilizaciones que provocaron aquellas anécdotas como la guerra de Irak o la marea negra del Prestige, uno se esperaba una campaña mucho más agitada. Y cuando faltan menos de 3 semanas para el Día D, apenas un comunicado de ETA ha sido capaz de animar un poco el cotarro, que ya es triste. Rajoy continúa imperturbable, seguro de su victoria. Zapatero (ZP si lo prefieren) continúa imperturbable, seguro de su derrota. Izquierda Unida sabe que pinta algo más que en 2000, pero bastante menos que algunos partidos nacionalistas. Y de los nacionalistas (o nacionatontas) mejor no hablar.

Con este panorama la única distracción posible nos la brinda la política local, empeñada en darnos una imagen del país más cercana a la España profunda de toda la vida que a la España que va bien de estos últimos años. Es lo que hay, y, francamente, prefiero leer noticias como ESTA a seguir una campaña estéril (la única sorpresa que puede depararnos es una abstención del 100% el 14 de marzo, que es lo que merece la uniforme monotonía que muestran en sus campañas). En fin, esa es la clave de las elecciones que se avecinan. Están a tiempo de pronosticarlo en la porra de las elecciones de LPD.

P. D: A todo esto, no me digan que no es guapa...

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