28 febrero, 2004

Hoy es mi cumpleaños (en realidad fue ayer).

Hoy es mi cumpleaños
Estoy sentado afuera junto a la pared
Hay una chimenea algunas tazas de café
El aire mueve el agua de mi soledad
Y algunas hojas secas que hacen ruidos al resbalar
Y algunos niños juegan a olvidar
Tengo mi propia habitación mis árboles de invierno y mi valor
El mundo en el bolsillo pequeño de mi pantalón
Pero hace tanto tiempo que no he visto el mar
Que a veces tengo ganas de llorar
Hace frió aquí fuera… tápame
Hoy es mi cumpleaños estoy sentado afuera junto a la pared
El chico tan simpático que chiste tan gracioso cuéntalo otra vez
Te escucho suavemente por que se acaba el día
Me duele más cada peldaño de mi vida
Hoy es mi cumpleaños, hoy es mi cumpleaños... felicitame


Hombres G. (Por cierto, "El año que vivimos peligrosamente" promete ser un nuevo éxito).

En fin, dejando a un lado mi cumpleaños (mitad triste, mitad aburrido, ya habrá tiempo de celebrarlo), va siendo hora de hacer balance de las horas que he ido tirando en este blog.

Hablaba, muy al principio, de algún otro blog. Es curioso observar como cada blog te lleva a varios otros, haciendo de todo esto un auténtico galimatías. El de Pícara es uno de los más interesantes (y no lo digo yo, lo dice la gente que me cuenta que le ha echado un vistazo). Sin ir más lejos, habla ayer mismo de un artículo tronchante. Está también el de Laerthes, una monumental (monstruosa) invitación a la lectura. Y no puedo olvidar el de Goth Gata, que es el que más se parece a un diario en la Red.

Más cosas. Kasper ha anunciado oficialmente
lo que no queríamos aceptar. Se va de León un gran portero y mejor persona. Y hablando del Ademar, partido aplazado.

Cambiando un poco de tema... Mijaíl es un nombre bastante común, a todos se nos ocurren 15 o 20 "mijailes" que cambiaron el curso de la Historia; nos vamos a detener hoy en uno de ellos, Mijaíl Kalashnikov (¡¡prodigio!! ¡¡dos enlaces!!).

62065 firmas se han recogido para que Alejandro Sanz deje de cantar en el momento de escribir estas palabras. Que el ritmo no pare...

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